BMW 320d – Diesel de dos litros con aumento de potencia

Hablamos hoy aquí, del BMW E90. Un diesel de cilindrada 2.0 litros (1.995cm3) con 184 caballos de potencia. Con tracción trasera tiene una longitud de 4.531 milímetros y un ancho de 1.817 milímetros. La capacidad del maletero es de 460 litros con un peso total del vehículo de 1.495 kilogramos.

El motor con un par máximo de potencia de 380 Nm con entre 1.900 y 2.750 r.p.m. es explosionado por cuatro cilindros en línea. Tiene una transmisión manual de seis marchas.

Este carrocería – E90 – fabricada desde 2005 en adelante se mantuvo en el mercado hasta octubre del 2011. En concreto el coche del que os queremos hablar hoy, se comenzó a fabricar en 2010. Visto en su conjunto junto con el restyling de la serie 3 cabrio y cupé que se realizaron en el año 2010 hay una serie de nuevas motorizaciones dentro de esta gama. La motorización preferida, éste dos litros diesel con 184 CV también ha sido modificado. Es decir, su predecesor el BMW 320 diesel con 177 caballos ha sido modificado para alcanzar los 184 caballos.

Cuando BMW comienza a ofrecer ediciones concretas de una serie, quiere indicar por lo general su fin. Ahora le tocó a la serie 3 la cuál se pudo obtener durante un período de un año en las versiones Sport, Lifestyle o Exclusive.

El aumento de potencia apenas se nota

Esto también vale para ese vehículo pensado para menores emisiones 320d Edition Efficient Dynamics, el cual principalmente esta dirigido a flotas de empresas. Los clientes privados adquirían hasta ahora principalmente el 320d con la motorización de 177 CV (situaros en el año 2010), cuyo motor de cuatro cilindros fue modificado. Alrededor del 80 por cien de las piezas son nuevas – lo cual – apenas deja diferencia en el salto de la potencia: el salto quedó en los 184 CV con un par máximo de 380 Newtonmeter (antes: 360 Nm).

Y eso es exactamente lo que nota el conductor nota: nada. Esto no quiere decir que la motorización no haya mejorado. Las cultura de revoluciones es ejemplar al igual que el desarrollo de la potencia. Así incluso por encima de las 4.000 revoluciones no se le nota falta de aire aun cuando el deseo de más revoluciones empieza a quedarse corto. Pero para que se consigan unos consumos (reducidos en 0,10) de 4,7 litros a los 100, hay que conducir a bajas revoluciones.

La carrocería ha sido retocada con una nueva amortiguación para un mejor confort. Y esto con éxito, las irregularidades del terreno son amaestradas con eficiencia. Esto no era algo tan habitual en esta serie ya que este coche estaba condenado a la consecución de valores máximos en su dinámica de la conducción. Estos valores ya solo se alcanzaran con la opción de carrocería deportiva en el BMW 320d.