Comarth: la artesanía española al servicio de la última tecnología

Estamos asistiendo a una revolución de la que España no debe quedar al margen. Al igual que en el siglo XIX los primeros inventores se arriesgaron y crearon empresas con las que fabricar y comercializar los primeros coches, ahora que es seguro que se va a producir un cambio radical con el vehículo eléctrico, la industria española no debe perderse esta nueva innovación tecnológica. Aunque parece que ya tenemos alguna marca bien posicionada. Hace tiempo hablamos de Hiriko, y hoy vamos a mencionar a Comarth.

La empresa murciana se creó en 1999 con la intención de diseñar y crear automóviles deportivos originales y exclusivos. La idea era fabricar coches de modo artesanal, algo que se estila mucho en otros países pero que en España no es muy habitual. No obstante, una gran parte de su trabajo se centraba ya en la investigación y en el desarrollo de futuros modelos.

En febrero de 2005, José Antonio Martínez Marín, propietario de la compañía, decidió dar un golpe de timón y fundó Comarth Engineering S.L., con la cabeza puesta en la fabricación de coches ecológicos, más concretamente eléctricos. Si a día de hoy las tecnologías se encuentran en ciernes y las ventas de este tipo de vehículos son completamente minoritarias, piensen en lo arriesgado de la inversión hace casi siete años. Sólo un visionario o un loco se atrevería a aventurar su dinero en algo tan inconsistente. Y más en un país como España, cuya mentalidad emprendedora en ingeniería es nula.

Parece que los enormes riesgos de Comarth comienzan a dar sus frutos. Han sabido detectar que su nicho de mercado se encuentra en determinados compradores con necesidades de movilidad que no superan los 70 u 80 kilómetros diarios, que buscan automóviles limpios, no contaminantes. Aunque lo habitual es que los clientes particulares concienciados con el medioambiente, compren híbridos porque necesitan un coche para todo, hay una serie de empresas y organismos públicos que pueden cubrir sus necesidades de movilidad con un cuadriciclo eléctrico.

El ejemplo paradigmático sería el de los servicios de correos de España, Francia y Noruega. Para dichos organismos, los vehículos de reparto deben ser pequeños y están pensados para recorrer distancias pequeñas. Por eso se fijaron en Comarth, que ha conseguido ser elegida para proveer de automóviles de reparto a dichas entidades oficiales.

En concreto, el último encargo importante es el de La Poste (Correos de Francia), con un pedido de 250 CrossRider. Este modelo se caracteriza por ser muy polivalente, pudiendo usarse con 2 o con 4 plazas. Otra de las cosas que necesitan los carteros franceses y que sólo Comarth les ofrecía era la ergonomía, las prestaciones y un sistema de mantenimiento que les permita la reducción de costes inherentes al coche.

El gran salto de esta empresa radica en haber pasado de ser un negocio artesanal, con muy poca plantilla, a una corporación puntera, cuyos avances en I+D+i les hacen ir un paso por delante de la competencia.