Cómo rentabilizar los tiempos muertos en que no usamos el coche: Social Car

Gracias a Internet, cada día se hacen realidad nuevas ideas, modelos de negocio alternativos, originales y sostenibles. Como paso muchas horas en el trabajo y no me queda más remedio que acudir al mismo en mi propio coche, siempre he pensado que era un desperdicio tenerlo parado durante horas y horas. Y eso que ahora tengo la suerte de disfrutar de una plaza de aparcamiento en las propias instalaciones. No como antes, que trabajaba en el centro y me dejaba una verdadera fortuna en los parquímetros, esas tragaperras diseñadas por los ayuntamientos para sacarnos la calderilla de los bolsillos.

Para rentabilizar esos tiempos muertos, Social Car ha ideado un sistema de carsharing fundamentado en alquilar un coche por cortos espacios de tiempo utilizando cualquiera de los que ponen a su disposición los usuarios registrados en la página web, y que en ese momento no los están utilizando. En lugar de tener el vehículo muerto de risa, podemos recibir un dinero ofreciéndolo para alquileres a la medida.

Como todas las comunidades de carsharing, Social Car actúa de intermediario, como un nexo de unión entre los dueños de los automóviles y los que necesitan alquilarlos. El negocio es beneficioso para todas las partes. Si el arrendatario obtiene el uso de un coche para solucionar una necesidad puntual a un precio muy reducido, el arrendador consigue unos ingresos adicionales que le pueden ayudar a cubrir los gastos de mantenimiento.

Según las informaciones proporcionadas por Social Car, un propietario de un vehículo mediano puede llegar a percibir unos 60 euros al día. Y las tarifas de alquiler son muy competitivas, con precios que oscilan entre los 3 y los 10 euros la hora dependiendo del tipo de automóvil que se solicite.

Los requisitos para participar en este programa como propietario de un coche disponible para alquilar a corto plazo son bastante sencillos. En  principio, si nuestra actual póliza de seguro no contempla la posibilidad de la cesión a otros conductores en régimen de arrendamiento, debemos cancelarla y contratar la que ofrece Social Car (que sí que cubre a todos los usuarios registrados que utilicen nuestro vehículo). Como es lógico, el automóvil debe estar en buenas condiciones de uso, tanto en lo que se refiere a mecánica, así como a nivel de carrocería e interiores. Por supuesto, para aquellas unidades que les correspondan, deberán tener pasada la ITV favorablemente.

Junto con la reducción de emisiones contaminantes debido al uso más eficiente del coche, esta modalidad de carsharing nace impulsada por un fuerte compromiso social corporativo por el que, entre otras  iniciativas, pretende donar el 0,7% de su facturación a proyectos sociales en España.

Una interesante iniciativa a la que auguro un gran éxito por su espíritu emprendedor formado por una idea novedosa, solidaria y barata. Los ingredientes perfectos.