El castigado sector de automoción español, al borde del abismo

A pesar de que me había prometido a mí mismo no volver a hablar de descensos en las matriculaciones, ya que me resulta monótono y repetitivo, no he podido resistirme a mencionar, aunque sea de un modo tangencial, la caída del mercado de turismos y todoterrenos en un 2,18% respecto al mismo mes del año pasado. Considerando que ya en febrero de 2011 el descenso fue de casi un 30% respecto al mismo período de 2010, parece que no vamos a tocar nunca fondo. Sin embargo, aunque los datos objetivos son muy malos, todavía son peores analizándolos por segmentos, ya que los particulares cada vez compran menos coches. Y eso es un síntoma de cómo va el país.

Cada vez se hace más patente la perentoria necesidad de un plan de ayudas estatales que detenga esta sangría de matriculaciones. En Japón, muy tocado tras el terremoto y posterior tsunami del año pasado, con la economía estancada durante décadas, las autoridades decidieron en el mes de diciembre de 2011 lanzar un plan de incentivos para apoyar a una de sus principales industrias. Por eso se creó un sistema de impuestos bajos para los vehículos más eficientes que se mantendrá  hasta abril de 2015. A pesar de que las subvenciones se articulan con exenciones totales o parciales sobre los impuestos que gravan la adquisición de un automóvil, los expertos han estimado que el ahorro medio es de unos 100.000 yenes por coche, que al cambio supondría unos 920 euros. Y en los dos primeros meses de funcionamiento las ventas se están recuperando de un modo muy llamativo.

Algo similar propugnan las grandes patronales españolas que han acordado pedir de modo conjunto al Gobierno que suprima el Impuesto de Matriculación. Tengo la impresión de que la solicitud se hace a la desesperada, como si fuese el último cartucho. De no ser así, no me explico la necesidad de eliminar un tributo que cada vez pagan menos vehículos. Recuerdo que a mediados del año pasado, ya se estimaba que casi el 40% de los automóviles a la venta en España estaban exentos de dicha tasa. Con esto no quiero decir que me parezca mal. Al contrario. Creo que este impuesto está obsoleto y ya se ha desechado en muchos países de Europa. De cualquier forma, a mí me parece más atractiva la opción de aplicar los incentivos mediante reducciones o exenciones del IVA.

Es necesario que el Gobierno de Mariano Rajoy actúe rápido si no quiere que el sector se precipite hacia el abismo. Incluso así, no me puedo quitar de la cabeza una sensación, un pálpito indefinido, la intuición de que la cuestión no va a ser tan fácil de resolver y que, incluso con las ayudas de 500 o 1.000 euros, va a ser muy costoso el regreso a las cifras óptimas. Creo que el gran problema del mercado reside en la confianza, no en el precio de los coches. De hecho, como ha resaltado el presidente de Ganvam, se están vendiendo un 10% más baratos que antes del comienzo de la crisis. Y sin embargo las matriculaciones no dejan de desplomarse. Por eso no creo que los clientes estén esperando a una nueva bajada de los precios para comprar un vehículo. Mientras no se tomen medidas que garanticen la estabilidad laboral, no se generará la confianza necesaria en el mercado. Otra asignatura pendiente sería el acceso al crédito sin restricciones. Y no parece que eso vaya a cambiar ni el mes que viene ni el siguiente.