EN ESPAÑA EL COCHE ELÉCTRICO SIGUE SIN CONVENCER

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Foto: www.flickr.com

Que el coche eléctrico no termina de convencer al mercado español es una realidad que se reafirma con las 181 ventas llevadas a cabo de enero a julio de 2011. Según la información publicada por Cinco Días, los resultados son verdaderamente pobres. Sobretodo si tenemos en cuenta que España es el país de Europa que más recursos dedica a ayudas estatales para la adquisición de automóviles eléctricos, pero es el mercado en el que peor funcionan las ventas de este tipo de modelos.

Tras la reciente aprobación en el mes de mayo del Plan de Acción del Vehículo Eléctrico, el Ministerio de Industria ha destinado un montante total de 72 millones de euros para contribuir al fomento del vehículo eléctrico. Pero el plan nace con fecha de caducidad: el 30 de noviembre de 2011. Pese a que las ayudas son variables, un solicitante podría llegar a obtener hasta 6.000 euros por unidad. Es decir, el Estado da subvenciones para la compra de 12.000 vehículos aproximadamente en 6 meses. Al ritmo real de ventas necesitaríamos 40 años para poder gastar toda la dotación presupuestaria.

Justo al contrario que con el extinto Plan 2000 E, que ayudaba –con tan sólo 500 euros aportados por el Estado- a la compra de coches con bajas emisiones de CO2 y siempre que se achatarrase un vehículo con más de diez años. Aquellas subvenciones fueron agotadas en muy pocos meses y tuvieron que ser prorrogadas por Industria ante el gran repunte de operaciones. Por cierto, el dinero invertido fue recuperado gracias al aumento en la recaudación del IVA.

Es difícil saber las verdaderas causas por las que las ventas de automóviles eléctricos son tan bajas. El sector apunta a varios factores, entre los que destaca el precio. Se estima que un modelo eléctrico es 2,5 veces más caro que uno con un motor de explosión. Para reducir esta diferencia tendríamos las ayudas estatales.

Otro de las grandes pegas, de las que ya hemos hablado en otros artículos, se refieren a la autonomía de estos automóviles. Aunque si el coche se orienta a un uso empresarial, o como segundo vehículo en el ámbito familiar, casi todos los recorridos diarios son menores de cien kilómetros, con lo que ese problema también quedaría minimizado.

En mi opinión, en España no está funcionando la movilidad eléctrica porque no existe la más mínima conciencia ecológica. La gente dice defender el medioambiente mientras se dedica a contaminar todo lo que puede sin el más minimo rubor.

Si se ofreciese a la ciudadanía una demostración palpable de los beneficios que conlleva una actitud más ecológica, estoy seguro que muchos cambiarían. Un ejemplo perfecto podría ser el del reciclaje. Estoy seguro de que si se primase  -económica o fiscalmente- a las familias que más reciclan, el hábito se generalizaría mucho más. La realidad es que el reciclaje requiere un esfuerzo suplementario frente al uso de un único cubo de basura para todo tipo de residuos. ¿Quién se va a molestar en reciclar para no obtener ningún beneficio? Sólo los más concienciados o los que obtengan un beneficio de dicha operación.

Además de eso, para que la actitud cambie tiene que haber más información y más ejemplo por parte de las Administraciones Públicas. No podemos exigir a la gente que adquiera un coche que no cumple con sus expectativas cuando la propia Administración sigue teniendo una flota altamente contaminante e ineficiente.