ESPECIALES: LA MOVILIDAD INDIVIDUAL EN LA CIUDAD DEL FUTURO

Si hay algo que me llame particularmente la atención de la industria del automóvil es su capacidad para reinventarse así misma, para analizar sus procesos y formas de trabajar, y replantearse hasta los dogmas más básicos. Su capacidad de innovación les permite destacar por encima de otros muchos sectores, siendo expertos en adaptarse a las circunstancias cambiantes de un mercado caprichoso y voluble.

Foto: www.gpeuropa.net

Con ese objetivo prioritario de permanente readaptación, el fabricante alemán de vehículos de gama alta Audi ha dado un paso adelante y ha convocado un simposio denominado Audi Urban Future Summit coincidente con el Salón del Automóvil de Fráncfort. El encuentro tuvo lugar la semana pasada en el vanguardista «The Squaire», y congregó a los mejores especialistas

de distintos ámbitos con mucho que decir sobre el futuro de las ciudades: arquitectos, sociólogos, diseñadores, urbanistas, periodistas, científicos o ingenieros que acudieron con la premisa de ser creativos y visionarios.

El convocante del evento tiene muy claro que quien golpea primero, lo hace dos veces. Por lo tanto, se ha tomado totalmente en serio el trabajo para detectar cuáles van a ser las tendencias del futuro, con la intención de posicionarse a la vanguardia de las mismas. Para ello ha organizado este foro multidisciplinar que tiene por objeto atisbar un futuro que a todas luces parece muy distinto a los tiempos actuales que vivimos.

Foto: www.audi-urban-future-initiative.com

Casi todos los expertos que han intervenido están de acuerdo en que el futuro nos va a presentar una realidad urbana muy compleja, con megaciudades cada vez más superpobladas. Si no se toman medidas racionalizadoras, estos núcleos  urbanos pueden terminar por ser inhabitables. Es evidente que, si no se hace nada por evitarlo, el exceso de coches será cada vez mayor con el consiguiente aumento de colapsos circulatorios cada vez más reiterados. Progresivamente se hará más incómodo circular y no habrá sitio material para aparcar tantos automóviles. Por no hablar de la contaminación inherente en  el caso de que se sigan fabricando motores de combustión.

Lo que Audi se plantea es algo que cualquiera con dos dedos de frente debería pensar: ¿Qué tenemos que hacer para que la ciudad no se convierta en un medio hostil para el individuo? ¿Es posible que el futuro prescinda de los vehículos? ¿Es sostenible el modelo actual de movilidad individual? En mi opinión, la respuesta a estas preguntas marcarán la senda de un mañana más saludable. Pero no debemos ser excesivamente apocalípticos. Creo que el automóvil, entendido como elemento individual de desplazamiento, no desaparecerá. Pero tendrá que adaptarse conjugándose de una manera mucho más eficiente con los sistemas de transporte público.

En esta línea se han postulado varios conferenciantes que resaltaron la necesidad de que los coches sean más eficientes energéticamente. Además, deben ofrecer mayores utilidades. Como ha dicho el ingeniero Heinz Hollerweger, no sólo hay que pensar en el uso que se le va a dar al vehículo, también hay que plantearse el aprovechamiento durante las horas que pasa aparcado: “podrá limpiar el aire que ensucia o servir como elemento de mobiliario urbano”.

Como ha resaltado Peter Schwarzenbauer, responsable de ventas de la marca de los cuatro aros, el automóvil va a cambiar más en los próximos 30 años “que en los 80 que tiene de historia”. Y según los distintos ponentes, el vehículo va a perder el protagonismo que ha tenido hasta ahora. Tal vez, como dijo el periodista Charles Leadbeater, en un futuro sea más importante el viaje que el coche. Pero, incluso así, es mucho más que un elemento de movilidad. Como icono de diseño o signo de representación, el automóvil tiene mucho que decir en el futuro, aunque haya que reinventarlo completamente.

Foto: www.audi-urban-future-initiative.com

La cumbre se articuló en tres ejes intrínsecamente relacionados con los premios de arquitectura Audi Urban Future 2010: las redes de datos, la cooperación social y la gestión de recursos. Siguiendo estas tres líneas, los invitados disertaron sobre la posibilidad de mejorar el entorno urbano mediante el diálogo y la cooperación. Y, como es obvio, la única forma de poder conseguir una urbe más amigable es trabajando juntos todos los actores implicados –ciudadanos, políticos y empresas- que deberán remar en el mismo sentido. De ahí que Audi se haya implicado tanto en un proyecto que pretende perpetuarse en el tiempo y que va a marcar el trabajo del fabricante en su estrategia a medio plazo.

Como conclusión, podemos decir que los participantes estiman que, en el futuro, los coches se moverán de forma autónoma y estarán permanentemente interconectados con su entorno a través de Internet. Pese a la ambigüedad de la declaración, parecen indicar que se podrán usar las comunicaciones para muchos sistemas: evitar atascos, buscar aparcamiento o generar rutas alternativas de modo dinámico y personalizado.  En lo que nadie quiere mojarse es en dar respuesta a la pregunta sobre si los automóviles se conducirán solos, sin intervención humana.

Por otra parte, el encuentro ha dejado patente que, mientras no se generalicen y funcionen correctamente los servicios de transporte público, no puede redefinirse un nuevo sistema individual de movilidad urbana. Sólo con una red de transporte público eficiente que cubra todas las necesidades, puede replantearse el uso del vehículo particular. Y esto es de vital importancia en las grandes ciudades de Asia e Hispanoamérica, que crecen desmesuradamente sin ningún tipo de restricciones. En un futuro, si no se encuentra una solución satisfactoria, los problemas pueden aumentar exponencialmente ya que no hay espacio físico suficiente para todos los automóviles que podrían circular a la vez.

Por último, en el simposio dieron por seguro que cuando los coches puedan conducirse «de forma autónoma», la problemática del espacio que tendrá que dedicarse para estacionamiento y los atascos pasarán a mejor vida. Será entonces cuando la ciudad se convierta en un entorno más cómodo y amigable, pudiéndonos mover por ella con más facilidad.