FIJANDO EL PRECIO DE NUESTRO COCHE USADO

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Foto: www.casacochecurro.com

Cuando hayamos realizado todas las tareas que explicábamos ayer, debemos decidir a qué precio vamos a poner a la venta nuestro coche. De la fijación correcta, va a depender en gran medida el éxito de la transacción. Como es obvio, si lo ponemos muy bajo, lo venderemos con mucha facilidad, pero tal vez no consigamos todo el dinero que necesitamos. En cambio, como nos excedamos y pidamos demasiado, vamos a espantar a muchos interesados y la dificultad va a ser mucho mayor.

Lo importante es dedicar el tiempo necesario para investigar cuál puede ser el precio más ajustado. Podemos llevar nuestro automóvil a un concesionario para que nos lo tasen. Además, también podemos intentarlo en algún establecimiento de compraventa. La particularidad es que no suelen valorar de la misma forma un vehículo cuando vamos a adquirir otro que cuando sólo queremos venderles el nuestro. De hecho, puede ocurrir en muchas ocasiones que ni siquiera nos lo tasen si no mostramos interés por ninguno de sus modelos.

Otra posibilidad es la de recurrir a las guías que publican las revistas –y muchas páginas de Internet- en las que figuran todos los modelos y sus respectivos valores. Aunque no suelen coincidir con las tablas de Eurotax o Ganvam, también pueden servir para que sepamos qué dinero tenemos que pedir por nuestro automóvil.

Un buen recurso es buscar coches similares al nuestro en Internet y ver lo que otros particulares piden por ellos. Lo mejor es visitar varios sitios web en los que se insertan anuncios y comprobaremos cómo se está moviendo el mercado. Sin embargo, habrá que tener presente que, aunque se oferten a un precio, no quiere decir que la operación se termine cerrando en esa cantidad.

Mi recomendación es que, una vez que hayamos decidido el precio, lo inflemos algo para que podamos mostrar a los interesados una disposición negociadora. La gente se ha acostumbrado a regatear y se sienten incómodos con vendedores que se encastillan en su precio y no están dispuestos a bajar ni un euro. Así que si nos mostramos muy firmes, es fácil que muchos compradores nos descarten y tomen en consideración los vehículos de vendedores más flexibles.

Si hinchamos el precio, tenemos margen para descontar algo sin que renunciemos a la cantidad total que nos habíamos propuesto obtener. Imaginemos un supuesto en el que nos proponemos vender un Volkswagen Golf por 7.500 euros. Si pedimos esa cantidad exacta, tenemos las manos atadas para descontar nada. Y tengan por seguro que casi todos los que nos llamen estarán convencidos de que abarataremos algo el precio. Pero tampoco podemos incrementarlo demasiado ya que habrá gente que nos descarte sin llamarnos ni darnos pie a negociar. Por eso creo que, en el caso del Golf, lo mejor sería empezar por 8.000 euros e ir bajando conforme nos adentremos en la negociación.

De cualquier forma, como ya dije en el artículo sobre las tasaciones, estoy encantado de ayudar a cualquiera que me pregunte a través de los comentarios.