ISOFIX Y SILLAS PARA NIÑOS

Foto: OCU

Estas palabras deberían formar parte del vocabulario básico de cualquier padre responsable y preocupado por la seguridad de su familia en los desplazamientos en automóvil. Y eso que todos los que somos mayores de treinta años recordamos nuestros viajes de la infancia en brazos de nuestros padres o jugando sueltos en la banqueta trasera, que por supuesto carecía de cinturones de seguridad o  de cualquier otro sistema de retención.

Pero los tiempos cambian y  las normas que regulan la seguridad vial cada vez son más estrictas. En lo que respecta a los asientos infantiles, el uso de este tipo de dispositivos es obligatorio desde el año 2006. Y parece que la exigente legislación y la mayor conciencia cívica han dado resultado porque la mortalidad infantil en accidentes de tráfico se ha reducido en un 80% en los últimos veinte años. Pese a que las cifras son buenas, aún hay muchos padres que reconocen no usar los sistemas de retención infantil –o no los usan correctamente- en trayectos cortos.

Hay distintos tipos de sillas para el coche, agrupadas en función del peso del niño, que pasamos a detallarles para que puedan elegir mejor entre la gran variedad que se ofrece en el mercado:

  • Grupo 0: desde el nacimiento, hasta los 10 kilogramos. Lo normal es que las sillas de este grupo se dejen de usar a los 9 meses cumplidos.
  • Grupo 0+: desde el nacimiento hasta los 13 kilogramos. En este caso, es fácil que el asiento lo pueda usar hasta que cumpla el primer año.
  • Grupo 1: de 9 a 18 kilogramos. Lo habitual es que el bebé tenga 8 meses al inicio y 4 años cuando se le quede pequeña.
  • Grupo 2: de 15 a 25 kilogramos. Con estas cifras implicaría que el niño puede usarla hasta que cumpla aproximadamente 6 años.
  • Grupo 3: de 22 a 36 kilogramos. La edad a la que suelen dejar de usar estos sistemas de retención es a los 12 años, aunque dependiendo de la altura, incluso pueden prescindir antes de esta clase de asientos.

La mayoría de los fabricantes suelen diseñar las sillas para que se adapten al pequeño. De hecho las del grupo 0 y 0+ incorporan cojines reductores para ajustarse al cuerpo del bebé. Además, es posible reclinar los respaldos, en caso de que queramos tumbar al niño, así como regular la altura, la anchura y la inclinación. Prácticamente igual que en los asientos de los adultos.

Un punto importante es el sistema de fijación a la banqueta del coche. Pese a que la legislación permite utilizar los propios cinturones de seguridad del vehículo, con esta opción los asientos infantiles no quedan bien sujetos. Para evitar esto se creó un estándar ISO (ISO 13216) de sistemas de sujeción denominado ISOFIX, que definía unos puntos de anclaje normalizados que debían ser incorporados en los coches en serie. Estos anclajes son rígidos y tienen que ir atornillados o soldados a la carrocería del coche, con sus correspondientes enganches para la sillita del niño. De este modo se reducen las posibilidades de cometer errores al colocar el asiento y además queda fírmemente sujeto, sin holguras ni posibilidad de que las sillas basculen.