NEGOCIANDO LA VENTA DEL COCHE USADO (IV)

Foto: http://pilaremprende.com

Al terminar la prueba del coche es donde debemos desplegar todas nuestras dotes de persuasión. Si tenemos en cuenta que durante la prueba de conducción nuestro vehículo debe hablar por nosotros, ahora es el momento en que debemos darlo todo y quedar a la altura.

Una buena forma de romper el hielo y entrar en materia es preguntarle al posible comprador acerca de las sensaciones que ha experimentado conduciendo. Lo más fácil es preguntarle directamente si le ha gustado el automóvil o no. Si responde afirmativamente, podemos decirle medio en broma medio en serio que cómo desea realizar el pago. Aunque es algo abrupto, muchas veces la gente quiere que le demos un empujoncito cariñoso para tomar la decisión.

Pero si la respuesta es que no, podemos indagar el motivo por el que no le ha gustado e intentar rebatir las objeciones, que no son otra cosa que pequeñas señales del interesado solicitando ayuda para quedarse con nuestro vehículo. Y no debemos olvidar que siempre es preferible tratar con alguien que nos dice que el coche le parece pequeño, que el embrague sale muy alto o que está caro; antes que con alguien que, tras finalizar la prueba dinámica, toma el camino de su casa despidiéndose con un frustrante “ya te llamaré si eso”.

No me canso de repetir que para vender un automóvil de ocasión hay que armarse de paciencia y no desanimarse a la primera de cambio. Por eso debemos analizar objetivamente las objeciones que plantea el comprador y dar una respuesta adecuada a las mismas. Se puede entender que ya estamos en la fase de negociación, que es donde un español medio se siente más a gusto. Por ello, debemos hacer ver a la otra parte que nuestras concesiones se tienen que ver recompensadas con reciprocidad.

Como ejemplo típico siempre pongo el caso de la objeción por excelencia en la venta de vehículos usados: “el coche es muy caro”. Nuestra reacción debe ser templada, serena y conciliadora: “si bajase el precio, ¿te quedarías con el automóvil?”. La pelota está en su tejado, ya que estamos pidiéndole que se comprometa y que tome una decisión. Si hemos hecho bien las cosas, tendremos algo de margen de maniobra para poder bajar el precio. En este caso no debemos precipitarnos quitando todo lo que habíamos inflado de un golpe, ya que probablemente las dificultades no hayan acabado aún. Y es que la gente tiene por costumbre apretar y apretar incansablemente.

Nos encontramos en el momento crucial para el cierre de la venta. Más que nada porque, llegados a este punto, casi todo el mundo se descubre, pudiendo saber si realmente está interesado en adquirir el vehículo o regatea por diversión. Si hemos fijado correctamente el precio, debemos ser algo más firmes y exigirle su compromiso previo de quedarse con el coche a cambio de una rebaja. Si nos pide que le quitemos más dinero, podemos hacer dos cosas: encastillarnos en nuestra posición poniéndonos más duros; o podemos rebajar lo poco que nos quedaba del precio hinchado. Pero aquí debemos ser algo más sutiles, ya que si no hacemos bien las cosas podemos introducirnos en un bucle de descuentos interminable.

Hay que saber plantear esa última rebaja con la suficiente habilidad como para obtener el esperado acuerdo. Y en esto hay que ser conscientes de que no todos los negocios nos interesan. En ocasiones, es preferible no vender el coche a venderlo mal, con un grave perjuicio económico para nuestro bolsillo. Cada uno debe saber en qué momento es mejor apartarse y no plegarse a las exigencias de un comprador desalmado y buscachollos. En nuestra mano está el que hagamos una operación que nos satisfaga plenamente. De cualquier forma, como el tema es apasionante y estoy seguro de que se habrán quedado muchas cosas en el tintero, continuaré escribiendo artículos en los que explicaré trucos y consejos que le ayudarán a encarar las objeciones en una negociación de venta.

Negociando la venta del coche usado (I)

Negociando la venta del coche usado (II)

Negociando la venta del coche usado (III)