PRUEBA DEL AUDI Q3: EXPECTATIVAS CUMPLIDAS

Si hace unos días escribía sobre la prueba del BMW X1, hoy toca hacerlo sobre la del Audi Q3, que fue otro de los coches que estuve probando por los alrededores de Munich el mes pasado. Creo que no exagero si digo que este SUV de Audi es uno de los modelos más esperados y que más han dado que hablar últimamente.

Desde los primeros rumores allá por 2009 al presentarse el Audi Cross Coupé Quattro Concept, hasta la primicia que dio el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, anunciando a bombo y platillo que el modelo se fabricaría en España, en concreto en la factoría que Seat tiene en Martorell. Eso ha hecho que la gente le vaya tomando cariño al vehículo y lo sientan como más suyo. Pero también hay clientes que no se fían del “made in Spain”. Para aquellos que confían más en la tecnología alemana, he de aclararles que el Q3 es tan germano como el que más, y poco tiene que ver con los modelos de Seat con los que comparte la fábrica.

Aparentemente, en un primer vistazo distraído, diríamos que es un Audi Q5. Y es que los fabricantes cada vez se han vuelto más conservadores y no quieren arriesgar ni un ápice con diseños excesivamente novedosos o arriesgados. Conocen muy bien todo lo que funciona y lo explotan hasta la saciedad. No obstante, si observamos más detenidamente el automóvil, comprobaremos que sus líneas son mucho más deportivas, más atléticas, más fibrosas.

En vista frontal, lo que más destaca es la parrilla biselada y los faros con diodos led del tipo fibra óptica –nada que ver con los que presenta el Q5-. Si nos ponemos en un lateral mirando el perfil del coche, podremos percatarnos de la tendida línea en la zaga que le otorga una sugerente caída de coupé. Aunque no tanto como la que presenta el concept en el que está inspirado, el Audi Cross Coupe Quattro.

Sin embargo, mi primera impresión fue un poco desconcertante. Tal vez porque me esperaba un tamaño similar al del BMW X1, me pareció algo pequeño. No tanto por ser de reducidas dimensiones -tan sólo es 24 centímetros más pequeño que el Q5-, si no porque aparenta ser menos amplio de lo que realmente es. Y es que su interior engaña, ya que entran con holgura cuatro adultos de 1,80 metros de altura, sentados cómodamente. No debemos olvidar que hay muchos monovolúmenes, con fama de espaciosos, que son menos amplios que este Audi Q3.

¿Lo mejor de este vehículo? Lo típico de Audi: las calidades, la ergonomía, las supensiones firmes pero confortables,… Pese a ser un automóvil posicionado en un tramo más bajo de precios, no se puede decir que el fabricante haya reducido su nivel de acabados.

El puesto de conducción es cómodo, aunque quizás las banquetas de conductor y acompañante pequen de cortas. Pero no es un problema exlusivo de este modelo. He observado el mismo tipo de asientos en sus hermanos mayores –el Q5 y el Q7-. Algo que no termino de entender, ya que los muslos no van bien apoyados, quedando una gran parte de ellos al aire.

En este evento pude probar tanto el diésel de 177 CV con tracción quattro y cambio automático, como el gasolina de 211 CV con el mismo sistema de tracción y cambio. Y gracias a estas oportunidades uno se vuelve a reconciliar con los motores de gasolina, tan ninguneados por el cliente medio español. Estoy seguro de que si apareciese con un coche de 211 CV de gasolina, me tocaría pasar mucho tiempo justificando ante mis amigos y familiares la conveniencia de haber elegido un automóvil así. Pero cuando se circula con él, la cosa cambia y ya no te acuerdas de las pegas que te pueden poner los parientes. Lo mejor de todo es su capacidad de aceleración, con un sonido ronco y deportivo, que empuja al máximo con 300 Nm de par motor desde que la aguja del cuentarrevoluciones se encuentra en la parte más baja, dejándote pegado al asiento.

De excepcionales prestaciones, el diésel de 177 CV también empuja con solvencia y elasticidad. A pesar de ser un propulsor refinado y vibrante, no es tan emocional como el de gasolina, que produce sensaciones a flor de piel, de las que te dejan tocado el corazón. Aunque sí que es cierto que el bolsillo lo agradece por unos consumos bajísimos para ser un motor de potencia elevada, 380 Nm de par, con tracción total y cambio automático.

Otra de los grandes puntos fuertes de este modelo sería el cambio S-Tronic de doble embrague. Es rápido, muy rápido. Si lo comparamos con otras cajas de cambios automáticas, gana con ventaja a sus principales competidores. Por eso hasta Porsche lo está usando ya con el nombre comercial de PDK. El resultado es que las reacciones del vehículo son más deportivas y en muchas ocasiones se te olvida que conduces un SUV.

Para concluir el «test drive» tuvimos la oportunidad de conducir en un circuito con una serie de pruebas que demostraron las estupendas cualidades todoterreno de este modelo. Una de las más espectaculares fue encarar una rampa ascendente y otra descendente, con un balancín en la cúspide que cambiaba el coche de plano. Superando este obstáculo sin problemas, la tracción quattro demostró sus grandes dotes. Otra muy llamativa fue el ataque de pendientes laterales sin poner en peligro la estabilidad. Además, también realizamos vadeo de ríos sobre plataformas, superación de zonas bacheadas,… Pese a que estoy convencido de que muy pocos Q3 van a pisar el campo, las virtudes offroad son excepcionales.