¿Quién paga la transferencia de un coche de segunda mano?

Seguro que -excepto aquellos que ya tengan experiencia- nadie ha pensado que, una vez que ha localizado el coche que le gusta y se ha puesto de acuerdo con el vendedor, tiene que hacer frente a unos gastos que no figuraban en el precio. En el artículo de hoy, debido a sus propias particularidades, nos vamos a centrar en la adquisición de vehículos de ocasión a particulares. En el caso de las transacciones con profesionales, el impuesto que se aplica es el IVA y lo lógico es que vaya ya repercutido en el precio.

Imaginemos que hemos visto un automóvil en un anuncio en Internet que nos gusta y el precio entra dentro de lo que nosotros queremos gastarnos. Quedamos con el propietario, nos lo enseña, lo probamos y negociamos el importe. Una vez que hemos llegado a un acuerdo, nos damos un apretón de manos y lo habitual es dar una pequeña señal para confirmar que nos quedamos con el coche. Es en ese momento cuando hay que ir a Tráfico para cambiar la titularidad del vehículo. A pesar de que podemos contratar a una gestoría, si no queremos pagar un dinero de más quedaremos con el vendedor y acudiremos juntos para hacer el papeleo en una mañana.

Si es la primera vez que compramos un automóvil de segunda mano, nos podemos encontrar con una sorpresa con la que tal vez no hayamos contado. El funcionario no podrá atendernos si con anterioridad no hemos liquidado el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. Dicho impuesto, gestionado por las Comunidades Autónomas, grava la operación con un 4% del precio. Pero no se calcula sobre el pactado en la compraventa, si no que se utiliza el que fija Hacienda para ese modelo y año de matriculación. Por eso puede ocurrir que el precio que dice el Estado es más elevado que el que realmente vamos a pagar por el coche. Aquí no hay vuelta de hoja y hay que liquidar el impuesto sobre las cantidades que establece la administración tributaria.

¿Y quién tiene que pagar esta tasa? Lo normal es que sea el adquirente. Pero si el automóvil que hemos comprado tiene un valor alto, y vamos un poco justos de dinero, esto nos puede partir por el eje. Si nos interesa un vehículo de gama alta que vale 28.000 euros, tendremos que tributar a la Comunidad Autónoma 1.120 euros. Es un dineral que se nos viene encima sin haber contado con él.

Teniéndolo presente, antes de comprometernos deberemos aclarar y negociar con el vendedor también este punto. Yo lo que recomiendo es que los gastos de la transmisión vayan a medias. Sea de una forma o de otra, deberíamos tener este tema concretado y cerrado antes de acudir a la delegación autonómica. No creo que sea muy procedente ponerse a discutirlo delante de un funcionario.

Otra opción posible puede ser la de aumentar el descuento en el precio para compensar los costes de transferencia. Sin embargo, si el vendedor se opone y el coche nos interesa, debemos tener claro que no vamos a pagar por él 28.000 euros, si no 29.171,60 euros. Como podrán comprobar, al precio del automóvil más el Impuesto de Transmisiones, he añadido también los 51,60 euros que cobra Tráfico en concepto de tasas por cambiar la titularidad del permiso de circulación. Y no olvidemos que además el dueño del vehículo tiene que tener liquidado el Impuesto de Rodaje del Ayuntamiento correspondiente al año en curso y la ITV en vigor.