CONSIDERACIONES RESPECTO A LA IMPORTACIÓN DE VEHÍCULOS

Foto: BMW FAQ Club

Vaya por adelantado que, pese a que soy algo reacio a la importación paralela de vehículos, no todo es negativo o problemático en esta rama de la compraventa. Incluso cabe la posibilidad de encontrar buenas oportunidades a precios interesantes. Aunque en otras muchas ocasiones, la importación de vehículos –sobretodo de Alemania o Bélgica- se ha convertido en un nido de piratas y estafadores.

Pero lo primero de todo es empezar por distinguir las formas de importar un vehículo. Por una parte hay que aclarar que todos los coches fabricados fuera de España son de importación. Sin ánimo de ser exhaustivos, cualquier Audi, BMW, Fiat, Toyota o Kia que se vende en España a través de un Concesionario Oficial, tiene la consideración legal de vehículo importado. De hecho, si no se ha fabricado en la Unión Europea, incluso hay que pagar los aranceles correspondientes. No obstante, el elemento característico de este tipo de importaciones es que la introducción en España del automóvil la realiza el propio fabricante, o una empresa filial de este, por lo que consideraremos este como el canal oficial de importación de vehículos en España.

Otra forma que se ha puesto de moda en España sería la de ir –en persona o mediante un representante- a Alemania, Bélgica o cualquier otro país y comprar un coche allí con la intención de matricularlo y usarlo en nuestro país. Generalmente este tipo de importaciones abundan para los modelos alemanes de gama alta. Normalmente suelen ser automóviles como Mercedes, BMW, Audi, Porsche, Vokswagen,… Más altos de precio que la media en España y con más prestigio que sus homólogos españoles. Lo habitual es traerse vehículos ya usados en Alemania y que por eso tienen un precio más atractivo.

Sobre lo expuesto en el párrafo anterior hay un falso mito que me gustaría aprovechar para derribar. Mucha gente opina que los coches de ocasión de Alemania son mejores que los de España. Invadidos por el clásico complejo de inferioridad hispánico, deben de pensar que  los automóviles en Alemania no se averían, o se usan menos que aquí. Otros creerán que los propietarios teutones son más cuidadosos que los españoles. Es evidente que esto no es así. En Alemania, como en cualquier otro lugar, hay muchos tipos de conductores y no puede generalizarse. Lo mismo que en España, hay usuarios de coches de todas clases y colores. Gente que cambia el vehículo cada cuatro años con pocos kilómetros, y otros que viajan muchísimo y que renuevan su automóvil cuando el contador marca los 300.000 kilómetros.

Además, hay una peculiaridad germana que debe resaltarse. Todo el que haya conducido por una «autobahn» alemana habrá observado que se suele circular a velocidades trepidantes –mucho más rápidas que en España- y que también hay graves accidentes de tráfico -incluso más que aquí-. Con esto lo que quiero decir es que un vehículo de ocasión, por muy traído de Alemania que sea, no es garantía de nada. Los compradores tienen que ser conscientes de que este tipo de automóviles importados tienen las mismas ventajas e inconvenientes que los coches usados a la venta en España.