NUEVO BMW SERIE 3

Foto: www.motorpasion.com

BMW ha presentado ayer, 14 de octubre, la nueva versión de su aclamado Serie 3, cuyo lanzamiento está previsto para febrero de 2012. Con este serían ya seis generaciones del modelo más exitoso que ha tenido BMW, con un volumen de 12 millones de unidades vendidas desde 1975 en que se presentó por primera vez el denominado a nivel interno E21.

Como todas las webs especializadas se han hecho eco de este lanzamiento, los foros han comenzado a emitir comentarios y opiniones de los internautas a velocidad de vértigo. Y por lo que estoy leyendo, la opinión generalizada es que el coche no aporta nada nuevo a nivel de diseño, siendo demasiado similar al resto de berlinas de BMW. Parece que la gente esperaba un cambio más radical y arriesgado, con la consiguiente decepción.

Por mi parte creo que el fabricante bávaro ha acertado plenamente y me parece un vehículo mucho más bonito que su predecesor. Más que nada porque la versión E90 no me atraía prácticamente nada. De cualquier forma, hay que entender que los fabricantes buscan una imagen de marca muy definida, acorde a sus valores, y por eso se esfuerzan en infundir a todos sus modelos una personalidad muy marcada. Lo que buscan es que cualquiera que no entienda de automóviles, en cuanto vea pasar de refilón a un BMW, lo reconozca sin dudar. Y para eso prefieren sacrificar un poco la diferenciación de su gama, llegando a ser difícil distinguir un Serie 3, de un Serie 5 o de un Serie 7.

Para más inri, he llegado a la conclusión de que los coches no son fotogénicos. Por mucho que se esfuerce el fotógrafo –y en este negocio los hay excepcionales- no consiguen sacar todo lo que lleva dentro el vehículo. Lo habitual es que, una vez que se puede ver al natural, nos parezca más bonito, más grande y más proporcionado.

Por la sensación que me dan las primeras fotos, me parece que es más bonito y más grande, pero no más proporcionado. Viendo el vehículo de perfil, se percibe una parte delantera excesivamente larga para un habitáculo que se sitúa algo más retrasado de lo que es habitual. Aunque eso es algo que ya sucedía con el Serie 1.

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Una de las cosas que han demandado siempre los clientes de BMW era que fuese un automóvil más amplio. Sobretodo porque las berlinas de tamaño intermedio de las marcas premium alemanas son algo más cortas y quedan poco habitables. Si exceptuamos el Audi A4 –ligeramente más espacioso, con un largo de 4,70 metros-, el Serie 3 de BMW mide 4,62 metros de longitud –nueve centímetros más largo que el anterior-  y el Mercedes Clase C es el que sale peor parado con unas dimensiones longitudinales de 4,59 metros. A nivel de maletero, han pasado de 460 a 480 litros, igualando la capacidad del Audi A4. En cambio, el Mercedes Clase C vuelve a perder la comparativa por cinco litros.

En lo que se refiere a motores es donde podemos ver el gran cambio, ya que cada vez se están ofreciendo coches con más potencia. Para las versiones en gasolina partimos del 328 i con 245 CV. Pero ese motor se queda pequeño si lo comparamos con el 335 i que entrega 306 CV de potencia máxima. Supongo que conducir esos vehículos por las carreteras alemanas en las que no hay límite de velocidad será toda una experiencia. En cuanto tenga la oportunidad, escribiré la correspondiente reseña.

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Los motores diésel tampoco se quedan pequeños. Por un lado estaría el 320 d en versión ecológica EfficientDynamics que entrega 163 CV con unos consumos espectaculares de 4,1 l/100 km. Y otro 320 d con 184 CV y 380 Nm de par. Como es habitual, tras la presentación irán apareciendo nuevas motorizaciones que amplíen la oferta actual.

De momento, todos los modelos son de tracción trasera y presentan un reparto de pesos exáctamente en equilibrio de 50% delante y 50% detrás, con lo que se supone que el tacto es más deportivo. Pero ya sabemos que esto es un arma de doble filo. En mi opinión, y a pesar de las ayudas electrónicas, en superficies deslizantes o en situaciones muy límite, la tracción trasera es más difícil de gobernar. En buenas condiciones, quizás sea más divertido. Pero creo que la seguridad debe primar sobre la diversión. Más que nada porque en España la gente conduce muy mal. Y peor, incluso, los que presumen de ser grandes pilotos. Como no es muy sensato regalar pistolas cargadas a un grupo de tontos, sería conveniente que los coches fabricados en serie fuesen mucho más seguros.

Es una realidad que, para alguien inexperto, la tracción trasera es más difícil de controlar.  Y la inmensa mayoría de los españoles no están dotados -ni formados- para guiar vehículos complicados. Sin embargo, estoy convencido de que muchos de mis lectores estarán asintiendo al leer estas líneas, coincidiendo sus opiniones con las mías. Aunque lo normal es que todos entonen una única excepción: «todos, menos yo». No se preocupen. Es normal. Yo también creo que soy mejor conductor que los demás.