Libre elección de taller para las revisiones oficiales

Muchos conductores aún ignoran que no tienen por qué llevar su vehículo al concesionario de la marca a fin de realizar las revisiones oficiales del mismo. La ley garantiza al usuario al libre elección del taller incluso cuándo este está en el periodo de garantía. Nos referimos, claro está, a revisiones y reparaciones no incluidas en la garantía y que deben de ser pagadas por el propietario del vehículo.

Los fabricantes tienen la obligación de proporcionar a los profesionales de estos talleres toda la información necesaria para realizar la correcta revisión del vehículo así como de facilitar las piezas y repuestos que puedan necesitar para llevarla a cabo.

De este modo podrás escoger el taller que te merezca más confianza y que te ofrezca una mejor relación entre calidad y precio, siempre y cuándo cumpla todos los requisitos para poder sellar tu libro de garantía. No hacerlo iría en contra de las leyes más elementales de libre competencia y de libertad del usuario para elegir quién le proporcionará un servicio por el que van a tener que abonar un dinero.

Problemas que puede derivar no usar el taller oficial

Cuándo usamos un taller que no sea el oficial debemos de asegurarnos de que conocen bien los requerimientos del fabricante para mantener la garantía y de que el trabajo que realizan va a tener todos los niveles de calidad exigidos. Si el trabajo fuera defectuoso el fabricante podría lavarse las manos y no respetar la garantía del vehículo amparándose en que ha sido manipulado de un modo no apropiado.

Evidentemente siempre hay formas de recurrir esta decisión pero pueden alargarse y dejarnos sin vehículo durante una temporada, dependiendo del tipo de problema que se platee. Por miedo a esta situación son muchos los que siguen prefiriendo acudir al taller de su concesionario.

Cada vez más talleres realizan estas revisiones

Pero lo cierto es que cada vez son más los talleres de prestigio que realizan este tipo de revisiones oficiales con un porcentaje muy bajo de problemas, revisando incluso los dispositivos electrónicos del coche. Una avería electrónica puede ser la causa de que el vehículo se detenga y no se vuelva a poner en marcha, obligándonos a llamar a la grúa para remolcarlo hasta el taller más cercano. Por ese motivo es  muy importante asegurarse de que todo funciona como es debido, ya que puede ahorrarnos un posible disgusto.