¿Todavía merece la pena comprar un diesel?

Un vehículo diesel, a no ser que se consiga una buena oferta, supone pagar una cantidad extra sobre su versión en gasolina que suele rondar el 10%. Esto es lo primero que debes de mirar ¿Cuánto dinero a mayores me valdrá la versión diesel del coche que he escogido?

Hasta hace unos años era fácil que te compensara comprar un diesel ya que la diferencia de precio entre gasolina y gasoleo era considerable. A esto había que sumar un menor consumo de los automóviles diesel. En la mayoría de los casos con realizar 10.000 Km. al año valía la pena adquirirlo.

¿Cuántos Km. realizas al año?

A raíz de esto comenzó la fiebre de los coches diesel y aumentaron mucho sus ventas. Pero a día de hoy los precios se han igualado prácticamente y el ahorro viene determinado únicamente por el consumo, lo que hace que tengas que realizar muchos kilómetros a lo largo del año para que la diferencia de precio compense.

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En algunos casos, si no se hacen demasiados kilómetros, jamás se llegará a amortizar la diferencia de precio entre uno y otro motor. A partir de 15.000 km puede compensar un coche diesel si tan solo miramos el consumo, pero también hay que tener en cuenta que sus reparaciones y sus revisiones son más caras.

Solo cuándo se superan de media los 50.000 km anuales los expertos  tiene claro que siempre compensa un vehículo diesel

Así pues en principio la respuesta estaría en que un diesel merece la pena solo si conseguimos comprarlo al mismo precio que su versión en gasolina y/o realizamos un número muy elevado de kilómetros.

Otras consideraciones a tener en cuenta

Aunque las cosas han cambiado los vehículos diesel suelen tener una vida más larga que los de gasolina y soportan mejor los esfuerzos extras y aunque sus reparaciones son más caras también son menos frecuentes.

A cambio también tienen sus contras, como es un mayor peso del motor, mayor ruido a pesar de haber mejorado mucho y menor régimen de revoluciones. Los amantes de la conducción que disfrutan del placer de pilotar jamás recomendarían un diesel ya que no les proporcionaría  sensaciones en la carretera ni tan siquiera comparables a las de un motor de gasolina.

También deben de tenerse en cuenta los impuestos de rodaje y las cuotas del seguro, ya que en algunos casos varían sustancialmente.

En definitiva, debes de valorar el consumo del coche, los gastos que puede ocasionar y el tipo de conducción que deseas a la hora de decidirte por uno u otro motor.