Información que suele faltar en las solicitudes de valoración de vehículos usados (I)

Estoy comprobando que una de las secciones que mejor funciona en el blog, si utilizamos como vara de medir la del número de comentarios, es la de las tasaciones de vehículos usados. Saber lo que vale su coche es algo que preocupa a casi todo el mundo. Unas veces por problemas con el seguro en declaraciones sobre siniestros totales; y otras veces porque no estamos de acuerdo con el precio que nos ofrece un posible comprador. Todo el mundo ha necesitado en algún momento conocer el valor real de su automóvil, y por eso hay multitud de publicaciones, revistas y sitios webs en los que se proporcionan tablas de tasación de vehículos de segunda mano. Esas series de precios no son la biblia y hay que entender que existen ciertos modelos por los que nadie está dispuesto a pagar la cantidad que viene en las publicaciones especializadas. Por eso siempre digo que las cosas valen lo que otro está dispuesto a pagar por ellas.
Por otra parte, los coches –al igual que los electrodomésticos- no ganan valor con los años. Muy al contrario, el desgaste y la antigüedad les afecta muchísimo, con el consiguiente impacto depreciador. Igual que nadie adquiriría un horno microondas de hace veinte años, es muy poco probable que le pueda interesar a alguien un Citröen ZX de 1992. Por eso es básico conocer la fecha exacta en que se matriculó el automóvil. No es lo mismo un vehículo con dos años que uno que tiene cinco, manteniendo siempre más valor el más moderno. Así que cuando me pidan una orientación sobre el precio de su coche, no se olviden que necesito saber la fecha exacta de matriculación.
Otro dato que muchos lectores olvidan -o no le dan la suficiente importancia- es el modelo exacto. Generalmente todos saben que tienen un Mercedes C220 o un Volkswagen Golf 1.9 TDI, pero no recuerdan si es un Avantgarde o un Highline. Y ese dato es importante ya que, dependiendo del acabado de nuestro vehículo, puede incluir más cosas de serie. Me sorprende que alguien explique con detalle todos los equipamientos que lleva su coche y luego no sea capaz de explicar cuál es el acabado exacto. Aunque quizás lo entiendan mejor con un ejemplo sobre televisiones: comparemos dos televisiones LED de 32” de la misma marca, pero de dos gamas distintas. Puede ser que ambas dispongan de un puerto USB, aunque con distintas funcionalidades. La más barata sólo nos permite visualizar fotografías. La más cara, además de las presentaciones fotográficas, también reproduce vídeo y graba emisiones digitales. Como es lógico, la de gama más alta vale 75 euros más que la otra, aunque aparentemente las dos son iguales. Pues con los automóviles sucede igual, pudiendo encontrar diferencias de hasta 2.000 euros entre un acabado y otro.

Si quieren una valoración lo más real posible, es importante que indiquen con exactitud el modelo que ustedes tienen. Y es una información que no es fácil de conseguir si no se guardó la factura o el catálogo en el momento de la compra. Más que nada porque, al ser tan sólo una denominación comercial, no figura ni en el permiso de circulación ni en la ficha técnica.

Continuará…

Información que suele faltar en las solicitudes de valoración de vehículos usados (II)