LOS TRES MIEDOS DE UN COMPRADOR DE COCHES USADOS

Foto de un vehículo de ocasiónUna vez que ha decidido adquirir un coche usado y ha comenzado a ver los modelos que le interesan, es lógico que se sienta confuso e incómodo. Lo normal es que el vehículo no tenga la apariencia que usted pensaba, ya que, aunque suene contradictorio, todos buscamos que el coche de ocasión esté lo menos usado posible. Pero eso es muy difícil de encontrar ya que, si el automóvil tiene muy poco uso, probablemente el coste del mismo se aproxime mucho al de uno nuevo. Y es que no debemos olvidar que los vehículos, como todos los bienes que se deterioran con el paso del tiempo y el uso, tienden a perder valor conforme van envejeciendo.

Como las estadísticas indican que el 60% de los coches usados que se venden tienen más de diez años, los miedos de los compradores son bastante comunes y suelen repetirse: que no haya tenido ningún siniestro grave, que realmente el coche tenga los kilómetros que marca el contador y que no tenga ninguna avería oculta que pueda aflorar cuando se haya realizado la transferencia.

Por lo que respecta a los siniestros graves, suelen afectar a la vejez del coche si se han producido daños estructurales, o el chásis se ha visto tocado. Siendo experto, mediante una inspección ocular se puede saber si el vehículo ha sufrido una reparación. Para ello se debe observar que no existan soldaduras en el chásis o que el color a lo largo de la carrocería sea uniforme, sin imperfecciones o burbujitas. En caso de duda, lo mejor es llevarlo a un chapista o un perito de confianza. Si el vendedor no tiene nada que ocultar, no debería poner ninguna pega.

Una de las grandes obsesiones que tienen los compradores españoles, por culpa de la picaresca hispánica, es que el coche tenga realmente los kilómetros que marca. Y no se fíe de los particulares, ya que los cuentakilómetros digitales son fácilmente manipulables. El mejor indicador de unos kilómetros reales es el libro de mantenimiento. Si no hay libro o algún documento que certifique la integridad del contador (facturas, pegatinas, etiquetas,…), desconfíe.

Sin embargo, el gran temor es la posibilidad de que surjan averías ocultas. Si la compra se la hace a un particular, intente que un mecánico de su confianza pueda hacer una comprobación. Si el vendedor se opone, quizás deba descartar dicho vehículo porque es posible que existan fallos que no quiere que queden al descubierto. De cualquier forma, la ley establece que el vendedor debe responder de los vicios ocultos por lo menos hasta seis meses después de la transmisión.

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