NUEVO OPEL AMPERA

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Como complemento al artículo del otro día en el que criticaba a los coches híbridos y eléctricos, voy a escribir una reseña sobre el lanzamiento del Nuevo Opel Ampera, presentado como un vehículo eléctrico que no se para si se agota la batería. Dicho así, suena muy bien, pero no es oro todo lo que reluce. Para que el Opel Ampera, denominado por General Motors, como vehículo eléctrico de autonomía extendida (EREV), pueda seguir circulando cuando se le agota la batería, necesita que el motor de gasolina funcione como un generador de electricidad.

Para que lo entiendan con facilidad. El Opel Ampera, si dispone de la totalidad de la carga de batería, puede circular en eléctrico, sin contaminar, durante 65 kilómetros. Y sobre esto, todos los departamentos de marketing de la Industria inciden en que, en el 80% de los desplazamientos diarios, se recorren distancias inferiores a esa. Y en mi caso es así, ya que yo utilizo el coche básicamente para desplazarme al trabajo, y la distancia que recorro es de unos 20 kilómetros al día. Si yo me decidiese por adquirir este vehículo, al regresar a casa por la noche, tendría que enchufarlo a la red eléctrica durante cuatro horas para que la recarga de la batería se completase. No obstante, yo vivo en una ciudad pequeña con poco tráfico, con lo que para mis necesidades el Opel Ampera podría servirme.

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Sin embargo, no todo el mundo utiliza el automóvil como yo. También habría que ponerse en el lugar de alguien que está todo el día en carretera. Representantes, comerciales, profesores que dan clase fuera de su lugar de residencia, enfermeras en zonas rurales, o cualquier tipo de trabajador que requiera para su actividad desplazamientos de un lugar a otro, haciendo muchos kilómetros. Para estos casos, el Opel Ampera, una vez agotada la batería, dispone de un motor de gasolina que actúa como generador de electricidad. De ese modo consigue que el coche siga andando cuando se le agota la batería. Pero está claro que, de ese modo, se vuelven a tener los mismos problemas de los híbridos de siempre. Aunque en este caso, minimizados.

Por no hablar del gran inconveniente de este y de cualquier otro híbrido: el precio. Sin contar con las ayudas estatales –el Gobierno aún no ha ampliado las subvenciones-, el vehículo se va a vender en España por 42.900 euros el modelo más bajo de la gama. Si se mantienen los 4.200 euros de ayuda, habría que restarlos a esta cantidad, con lo que la posibilidad de que se venda de un modo masivo queda descartada incluso por el fabricante. De hecho, en España tan sólo van a ser tres concesionarios los que van a iniciar la comercialización, con 60 pedidos ya cerrados en firme.