Luis Valero, nombrado Secretario General de Industria y Pyme

Podría calificar de esperanzadora la designación de Luis Valero, director general de Anfac, como Secretario General de Industria y Pyme. Su nombramiento como alto cargo del Ministerio de Industria, aprobado por el Consejo de Ministros de ayer 5 de enero, ha sido muy bien acogido por el sector automotriz en el que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional.

Valero nació en Ávila en 1948. Licenciado en Derecho y Económicas por la Universidad Complutense, es Técnico Comercial y Economista del Estado, aunque su labor profesional no se ha circunscrito sólo a la Administración Pública. Ha sido consejero comercial en Sudáfrica, director de banca de negocios del Banco Saudí Español, subdirector general del área internacional del Banco Español de Crédito y consejero de CESCE.

Desde 1996 ha prestado sus servicios en Anfac, la patronal de los fabricantes de automóviles, en la que ocupó el puesto de director general. Debido a sus altas responsabilidades en el colectivo de los fabricantes españoles, también ha sido presidente del comité de enlace de la Asociación Europea de Constructores de Automóviles (ACEA), uno de los lobbies más poderosos de Europa.

En vista de su currículum, es obvio que es un hombre del sector de la automoción, a pesar de que desde el 14 de diciembre de 2011 había sido sustituido por Mario Armero. Su nuevo cometido en el Ministerio de Industria coincide con un proceso de reestructuración por el que el nuevo vicepresidente ejecutivo de Anfac asume mayores competencias –orientadas a una labor de lobby más efectiva- de las que tenía Valero.

Asesorados por la consultora PriceWaterhouseCoopers, los directivos de Anfac han creado un plan estratégico de actuación, que debe ser ejecutado por Mario Armero, por el que se revitalizará la presencia del sector automovilístico en la sociedad española y con la intención de abrir nuevas vías de diálogo con la Administración.

Y qué mejor forma de entablar estas nuevas vías de diálogo que con un interlocutor que ha sido compañero durante 15 años. Desde ese punto de vista, la jugada le ha salido redonda a Anfac. Aunque no tanto para las asociaciones de concesionarios. Sobretodo porque aún no se ha aprobado la Ley de Distribución de Vehículos que enfrenta a fabricantes y vendedores. Es evidente que desde ahora el punto de vista de los constructores va a ser el dominante en el Ministerio de Industria.

A grandes rasgos la elección es positiva para la automoción española. Que un miembro de la cúpula del Ministerio de Industria conozca desde dentro el funcionamiento del sector es un gran avance a la hora de diseñar las necesarias políticas de ayuda y revitalización. Estoy convencido de que la sensibilidad será distinta.