Ago 20 2011
ESPECIALES: CLÁSICOS DE CINE PARA COLECCIONISTAS
Si guardásemos las cosas que dejamos de utilizar, en vez de tirarlas a la basura, estoy convencido de que, pasados unos años, volverían a llevarse. Eso es lo que le ocurrió a mi hermana cuando un día rebuscando por los cajones se encontró con una gafas de sol de mi padre, unas Ray-Ban Aviator de los años setenta que están de última moda. En cuestión de coches podría suceder algo parecido, si no fuese por el inconveniente del espacio. Y es que abultan demasiado para poder ir acumulando chatarras a la espera de que recuperen un cierto valor. Por eso, generalmente, las colecciones de vehículos antiguos o clásicos no suelen ser baratas y son patrimonio -las diseñadas con buen criterio- de millonarios caprichosos.
Como no dispongo de capital suficiente para emprender una colección con mis propios medios, voy a mencionar aquí una serie de modelos que considero imprescindibles. A ver si algún lector se estira y me regala alguno. Aunque tampoco quiero hacer una lista de los diez automóviles más caros del mundo, ni cosas así.
Como soy excesivamente audiovisual, mi intención es hablar de una serie de coches clásicos avalados por el séptimo arte. Es decir: vamos a ver cuánto nos gastaríamos si comprásemos una serie de vehículos que me emocionaron cuando los ví en el cine. Lógicamente, para poder empezar, debemos olvidarnos del dinero. Haremos como si gozásemos de un presupuesto ilimitado. Total, somos unos señores, así que por una vez el precio no va a importar y pagaremos lo que nos pidan sin regatear.
- Rolls-Royce modelo Phantom I Ascot Tourer de 1929: conducido por Robert Redford en la película de 1974 «El Gran Gatsby». Es el prototipo de coche decadente de los felices años veinte. Además, se convertirá en protagonista involuntario al ser el desencadenante del drama tras atropellar a una mujer. Su precio, 139.000 €.
- Triumph TR3A de 1958: conducido por Marcello Mastroianni en la película de 1960 «La Dolce Vita». Pese a que en la película aparece conduciendo varios coches, el que más apariencia de vividor, y con el que más escenas aparece, es con este descapotable británico de los años 50. Este automóvil, pese a lo hermoso de su diseño, no tiene un precio desorbitado, y se puede encontrar ya restaurado por 40.000 €.
- Ford Mustang GT 390 de 1960: conducido por Steve McQueen en la película de 1968 «Bullitt». Probablemente uno de los coches más míticos de la historia del cine, debido a su espectacular persecución de un Dodge Charger, que fija los cánones de lo que debe ser una persecución motorizada. Para el rodaje se utilizaron dos unidades similares, pero una de ellas quedó destruida. El otro vehículo se vendió y su actual dueño no lo ha usado nunca, con lo que se encuentra en estado de abandono. Expertos que han podido autentificarlo estiman que habría que gastarse más de 10.500 € en restaurarlo. Una vez puesto a punto, se cree que el Mustang GT 390 podría alcanzar los 105.000 €.
- Aston Martin DB5 de 1964: conducido por Sean Connery en la película de 1964 «James Bond contra Goldfinger». Este modelo es el más famoso de los muchísimos coches utilizados en las películas de James Bond. Tal vez sea por su impecable línea deportiva, que lo convierten en el paradigma de cupé británico, o por su apariencia intemporal y perdurable. Quizás sea el vehículo que más me gustan de esta selección. Una de las unidades originales utilizadas para el rodaje fue subastado en 2006 por 1.500.000 €.
- Alfa Romeo Giulietta Spider (101.03) de 1961: conducido por Edward Fox en la película de 1973 «Chacal». Uno de los descapotables que más me han gustado desde pequeñito. Te entran ganas de comprártelo viendo la ruta que hace el protagonista desde el norte de Italia hasta París, disfrutando del hermoso paisaje y de una carreteras mucho más enrevesadas que las de hoy día. No es un vehículo que se cotice a unos precios muy altos, ya que se han vendido últimamente algunos en buen estado por unos 20.000 €.
En total nos habríamos gastado la nada despreciable cifra de 1.804.000 €. Pero hay que tener en cuenta que en esta colección de clásicos hay modelos muy asequibles para cualquier aficionado, y otros como el Aston Martin verdaderamente inalcanzable para el común de los mortales.
Si creen que algún modelo más debería estar incluido en esta colección, no dejen de mencionarlos en los comentarios.
Oct 28 2011
EL SUPERLUJO, ÚNICO SALVAVIDAS PARA LA INDUSTRIA DEL AUTOMÓVIL
Es irónico observar como, mientras muchos de los habitantes de la zona euro y Estados Unidos se han visto sometidos a un empobrecimiento generalizado por culpa de una crisis de dimensiones épicas, un selecto y afortunado grupo de individuos se ha encontrado con que su patrimonio se ha incrementado hasta límites insospechados. Y es que es un hecho cierto que, cuando el nivel económico general baja, hay unos pocos que se enriquecen.
En palabras de Torsten Mueller-Oetvoes, consejero delegado de Rolls-Royce, citado por Expansión: «el número de súper ricos en todo el mundo está creciendo; actualmente hay unos 90.000, pero se espera que en diez años la cifra alcance los 125.000». Esta veta la están aprovechando, además del fabricante inglés, otras marcas de coches de lujo como Ferrari, Maseratti, Bentley o Porsche. Todos presentan unas cifras de ventas envidiables, que ensombrecen las de años anteriores. En lo que va de año, frente a caídas del sector del 20,7%, el subsegmento del superlujo ha crecido un 14,6%.
No obstante, estos crecimientos que harían frotarse las manos a cualquier responsable de ventas podrían ser aún mayores si no fuese porque estas marcas quieren mantener su exclusividad y sus producciones anuales son muy exiguas. Para que se hagan una idea, Ferrari ha cerrado el primer semestre del año con 3.577 vehículos entregados a clientes, lo que haría un 11,7% de subida respecto al mismo período del año pasado.
Pero lo curioso de marcas como Ferrari es que sus beneficios no sólo crecen gracias a un mayor número de unidades vendidas. Se estima que en torno al 80% de los ingresos del «cavallino rampante» proceden del merchandising: gorras, relojes, bicicletas, bolsos,… Cualquier cosa susceptible de colocarle un logo se vende con gran facilidad. Y es que, según han expresado en varias ocasiones desde Maranello, el objetivo no es que muchos clientes tengan un Ferrari en su garaje, si no que muchos deseen guardar uno en su parking.
Esa deseabilidad de marca hace que muchas personas, en cuanto tienen fortuna en los negocios –o les toca la lotería-, caigan rendidas bajo el encanto decadente de un automóvil de superlujo. Si antes lo habitual era que se comprasen un Mercedes o cualquier otra marca premium, hoy en día los nuevos ricos pican más alto y sólo se conforman con coches como el Bugatti Veyron, el Bentley Continental GT o el Maybach 62 S.
¿A qué se debe este crecimiento? Básicamente a los mercados emergentes. Los negocios en China funcionan mejor que nunca, generando una nueva camada de multimillonarios apasionados por el lujo europeo más refinado y con afán de ostentación.
Pero no son los únicos que tienen dinero contante y sonante para gastarlo en vehículos inalcanzables. En Rusia, las grandes fortunas están en manos de jóvenes excéntricos y exhibicionistas. Por no hablar de los empresarios abudabíes o hindúes, menos jactanciosos pero con el mismo afán por difrutar de los placeres más refinados y exclusivos.
Multimillonarios por herencia o por pelotazos rápidos, que han transformado las viejas costumbres de la élite. Si antes creían en valores como el esfuerzo, el trabajo duro y la discreción; ahora son hedonistas encantados de conocerse que prefieren disfrutar de la vida a un ritmo acelerado, mostrando a los demás el éxito y el poder que han alcanzado. Y de esa vanidad se aprovechan los fabricantes para sanear sus cuentas de resultados.
By Altrade • General • 0 • Tags: bajada en las ventas de coches, bentley, Bentley Continental GT, bugatti, Bugatti Veyron, caída en las ventas, coches de superlujo, ferrari, Maseratti, matriculaciones, Maybach 62 S, millonarios, nuevo, opinion, porsche, ricos, ROLLS-ROYCE, superlujo, vehiculo